Proteínas: el constructor del cuerpo
Los cambios metabólicos agudos, así como los déficits calóricos y de proteínas que padece el paciente crítico, desempeñan un papel importante en la evolución de los pacientes, y muchas veces son desencadenantes de altos índices de desnutrición en los distintos servicios clínicos.
¿Qué son las proteínas del suero?
La proteína de suero es el término colectivo que designa las fracciones de proteínas solubles extraídas de la leche láctea. Las proteínas de suero contienen todos los aminoácidos esenciales y no esenciales y son ricas en BCAA(valina, leucina e isoleucina), especialmente la leucina, un aminoácido clave para la síntesis de proteínas. La proteína de suero también tiene un alto contenido en aminoácidos que contienen azufre(cisteína y metionina) que aportan propiedades antioxidantes y mejoran la función inmunitaria. Estas características de la proteína pueden influir potencialmente en la recuperación del paciente y, por tanto, en la duración de su estancia en el hospital.
Si hablamos de calidad proteica, esta depende de la composición de aminoácidos y uno de los parámetros para determinar esta calidad, es su valor biológico, siendo la proteína del huevo entero una proteína de referencia con un valor biológico de 100, la proteína de suero y la proteína de leche tienen valores biológicos de 104 y 91, respectivamente.
Por lo tanto, teniendo en cuenta los valores biológicos de los aislados de proteína de suero y de la proteína de la leche, al compararlos con el valor biológico de la proteína de referencia, estamos hablando de proteínas de alto valor biológico.
Respecto a las proteínas vegetales, estas aportan el aminoácido más limitante, llamado lisina, por lo cual, la mezcla de proteínas del tipo animal y vegetal permite eliminar las deficiencias que pudiera existir de algún tipo de aminoácido.
¿Cuál es la recomendación de proteínas?
De acuerdo con la Guía Espen1, durante la enfermedad crítica, se pueden suministrar 1,3 g/kg de equivalentes de proteínas al día progresivamente. El suministro de estas, junto con el aporte energético, deben ser de forma progresiva y no antes de las primeras 48 h para evitar la sobrealimentación1.
1.- Guías ESPEN sobre nutrición clínica en la unidad de cuidados intensivos, P. Singer et al. / Clinical Nutrition 38 (2019) 48-79